Juan 13:18

PREGUNTA:

¿Tuvo Judas Izcariote la oportunidad de no haber vendido a nuestro señor Jesucristo, o tenía que hacerlo porque Dios así lo dispuso? ¿Qué tendría que cumplir con ese mandato para que se cumplieran las escrituras?


RESPUESTA:

No es que Judas no tuviera la oportunidad de decidir no traicionar al Hijo de Dios o de no hacerlo de la forma que lo hizo.  El factor que se tiene que tomar en cuenta en los textos que menciona que tal evento tuvo que suceder para que se cumplieran las Escrituras (como Juan 13:18 en el caso de Judas) es el anticipado conocimiento de Dios.  Sabiendo Dios de antemano lo que iba a suceder, pudo profetizar su cumplimiento y luego aquello sucedió para que se cumpliese lo profetizado (conforme al anticipado conocimiento de Dios). 

Por ejemplo en Mateo 2:23, aprendemos que José llevó su familia a vivir en Nazaret para que la profecía se cumpliera, pero no es que Dios le obligara a hacerlo, sino que Dios sabía lo que José iba a decidir al recibir la advertencia acerca de Herodes. Vea también Mateo 4:14; 8:17; 12:17.  En Mateo 26:52-56 encontramos lo mismo y Cristo Mismo lo señala específicamente en Mateo 26:54.  Pero Jesucristo siempre tuvo la opción de no obedecer y contra esto mismo tuvo que luchar en Getsemaní.

En Hechos 2:36 el apóstol Pedro les acusa a los judíos de haber crucificado al Señor, pero en Hechos 2:23 les ha declarado que tal acto de parte de ellos fue el cumplimiento del plan predeterminado de Dios, pero luego aclara que esto fue conforme al previo conocimiento de Dios.  Ellos no fueron obligados a crucificar al Hijo de Dios.  De otra manera no serían culpables de ello.  Ellos no creyeron en Él y Dios sabía esto de antemano y sobre la base de este conocimiento anticipado, estableció el plan Suyo para la redención de los seres humanos que incluyó la crucifixión del Hijo de Dios que los judíos efectuaron por manos de los romanos.

Espero haberle ayudado un poco.  La esencia de la verdad es que Dios tiene en mente un fin siempre: la salvación de los creyentes que resulta en Su gloria.  Permite que cada ser humano decida por sí mismo si va a creer o no, pero Él ya conoce la decisión de cada uno.  Sobre la base de este conocimiento previo, ejecuta Su plan para lograr el fin que tiene en mente.  Este plan tiene que cumplirse y se cumple porque (1)  Su conocimiento del ser humano es perfecto y completo y (2) Él es Soberano y Perfecto en poder y sabiduría.