PREGUNTA:
Cuando en Isaías 53:2, éste hace referencia al Mesías con estas palabras: “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”, ¿a qué tipo de atractivo se refería exactamente?
RESPUESTA:
Lo primero que debemos tomar en cuenta para explicar esta declaración es el contexto inmediato. En este contexto la descripción es del “siervo” de Jehová (Isaías 52:13), pero es un siervo que será prosperado aunque a la gente no les parece atractivo. Este “siervo” es uno que sufre injustamente (Isaías 53:4-10) por las transgresiones del pueblo, pero es por medio de este mismo sufrimiento que logra Su propósito y la exaltación prometida (Isaías 53:12). Por tanto, el contexto de este capítulo parece señalar que lo inatractivo – lo feo del Mesías no es Su fisonomía sino la manera en que logra la exaltación prometida (Isaías 52:13) por medio de la humildad, el servicio y el sacrificio de Sí Mismo. Esto es lo que el contexto de la profecía parece señalar.
Pero lo que me convence que esta sea la explicación correcta es que es exactamente lo que sucedió cuando vino el Mesías. Y fue esto mismo, no si apariencia física, que fue tan repugnante para los judíos y en especial los líderes religiosos de ellos. Por este motivo rechazaron la piedra principal del ángulo escogida por Dios. Sus mismos apóstoles tropezaban en este aspecto de la Persona, obra y enseñanzas del Cristo. Aún después de Su gloriosa resurrección, tanto judíos como también griegos siguieron tropezándose en lo mismo (1 Corintios 1:22,23). El Nuevo Testamento nos revela ampliamente la oposición de los judíos a la Persona de Jesucristo pero no menciona ni una tan sola vez que lo hubieran criticado por su apariencia física. La falta de atracción de Jesucristo fue la enorme diferencia entre la clase de Rey (Mesías) y reino que los judíos esperaban y la clase de Rey y reino que Cristo Jesús vino a ser y establecer. Lo rechazaron, no por su fisonomía sino por Sus enseñanzas (Juan 6:60-66 y muchos otros ejemplos). Ellos esperaban un Rey que los llevara a la victoria militar con los romanos y todos los gentiles. Por este motivo, cuando alimentó a los cinco mil (Juan 6:1-13) decidieron que era verdaderamente el Mesías (Juan 6:14) y quisieron hacerlo rey a la fuerza (Juan 6:15), pero Él se escapó de ellos. El pensar de ellos era material y nacional mientras el de Cristo siempre era espiritual y celestial. Por esto fue para ellos sin atractivo.