Pregunta:
Noté que en Hechos 9,1-19 además de Pablo, Ananías también fue testigo de la resurrección de Jesucristo. A pesar de que nunca fue nombrado Apóstol, él recibió el poder de sanar a Pablo “pone las manos sobre él para que recobre la vista.” ¿Se podría decir que hubo alguien que no fue Apóstol mas sin embargo obtuvo el poder de sanación?
Aunque la Biblia no dice específicamente que sobre Ananías haya venido el Espíritu Santo ni tampoco que haya sido realmente el don de sanar cualquier dolencia, no encuentro razón para creer lo contrario pues Jesucristo mismo se le apareció en una visión.
Respuesta:
No hay duda que siervos de Dios además de los apóstoles recibieron dones milagrosos. El texto bíblico no nos revela cuándo Ananías se convirtió ni cómo recibió el poder, pero como ya sabe usted, otros textos señalan que cristianos los recibieron por medio de la imposición de las manos de apóstoles (Hechos 8:18,19; 19:6; 2 Timoteo 1:6). Ananías fácilmente pudiera haber sido parte de la multitud de diferentes regiones que fueron convertidos en Jerusalén a partir del día de Pentecostés y posteriormente fueron esparcidos por la persecución (Hechos 8:1). Sencillamente no lo podemos saber.
Lo que Ananías tuvo fue una “visión” que, según entiendo, no es lo mismo que ver personal y físicamente al Señor Jesús resucitado. Estudiaré un poco más sobre este punto, pero me parece que esto no lo califica como “testigo” de la resurrección de Jesucristo que incluye el ver el CUERPO resucitado no sencillamente tener una visión espiritual. Es similar a la visión que Saulo tuvo de Ananías que no significa que lo en persona o sea físicamente. En contraste, a Saulo se le “apareció” el Señor Jesús (Hechos 9:17) de la misma manera personal y física que apareció a los otros apóstoles y a otros testigos (1 Corintios 15:5-8).