PREGUNTA:
¿Cómo puedo superar el pecado de las relaciones homosexuales (la fornicación homosexual)?
RESPUESTA:
Primeramente le quiero felicitar por el sincero deseo que tiene de presentar su cuerpo en sacrificio vivo y santo a nuestro Señor Jesucristo. El confesar su debilidad y el pecado que ha estado practicando fue manifestación de mucho valor y de un intenso deseo de estar bien con Dios. Este primer paso que ha dado es IMPORTANTISIMO y espero que con la ayuda de Dios pueda usted dar otros pasos hacia la madurez y estabilidad espiritual que nuestro Padre desea ver en cada uno de Sus hijos.
Creo que usted ya sabe lo que le voy a decir, pero prefiero estar bien seguro porque puede ser la diferencia entre la victoria suya o su derrota por el enemigo. Como usted mismo se ha dado cuenta, el DESEO de cambiar su propia vida NO BASTA en casos difíciles. Es ESENCIAL que usted reconozca de corazón que NO PUEDE dejar de practicar la fornicación homosexual por sí solo (favor de leer I Corintios 10:12). Este paso es muy difícil porque requiere de mucha HUMILDAD. Pero debe reconocer que aparte de Cristo NO PUEDE HACER NADA (Juan 15:4,5). Si es usted realmente “pobre en espíritu” (Mateo 5:3), esto significa que ha reconocido su propia pobreza espiritual y su tremenda necesidad de ayuda. Esto incluye reconocer que USTED MISMO tiene la culpa por estar practicando la fornicación homosexual. No es posible echar la culpa a otra persona ni a ciertas circunstancias. Como me repito, creo que usted ya reconoce todo esto, pero es tan importante, que decidí incluirlo como parte de su estrategia personal para vencer el pecado de la inmoralidad sexual.
La siguiente verdad que debe CREER DE TODO CORAZON es que TODO LO PUEDE EN CRISTO QUE LE FORTALECE (Filipenses 4:13). Aunque por sí mismo NO puede vencer esta tentación, POR MEDIO DEL PODER DE CRISTO, lo puede vencer (favor de leer con cuidado I Corintios 10:13). De hecho la Biblia nos habla específicamente de cristianos que dejaron de practicar las relaciones homosexuales (1 Corintios 6:9,10). A propósito, notará en el texto que acabo de citar que los homosexuales son librados de la práctica de este pecado de la misma forma que los heterosexuales son librados de la fornicación con mujeres y cualquier otra forma de inmoralidad. NO permita que Satanás le engañe al grado que sea convencido que NO puede vencer esta tentación con la ayuda de Cristo. Una cosa es reconocer que UNO SOLO no puede; es otra muy diferente creer EQUIVOCADAMENTE que uno no puede AUN con la ayuda del Señor.
NOTE con cuidado que el peligro de cometer la fornicación homosexual (o cualquier otro pecado) NO comienza en el momento de estar a solas con su pareja (aunque quizá no se de cuenta hasta aquel momento). Es muy probable que Satanás ha comenzado a obrar mucho antes en sus pensamientos. Debe tomar en cuenta el efecto que tienen en usted ciertos instrumentos del diablo: lo que lee, lo que observa en la televisión o en el cine, la música que escucha, y pláticas con compañeros o amigos. ACEPTE, por favor, que por un tiempo, usted necesita purificar al máximo sus pensamientos. Evite cualquier libro, programa de televisión, película, canción, revista o lo que sea que pueda insinuar algo en cuanto a las relaciones sexuales. RECUERDE que está en plan de EMERGENCIA ahorita. TAL VEZ en el futuro pueda relajarse los reglamentos que USTED MISMO SE IMPONE, pero por el momento tiene que ser MUY ESTRICTO consigo mismo.
Hay que aplicar el mismo principio cuando está con amigos homosexuales. EVITE situaciones que el diablo puede aprovechar. Es importante que NO pasen tiempo a solas. NUNCA, bajo ninguna circunstancia, deben estar a solas en su apartamento o casa porque en dicha situación la tentación se hace muy fuerte. RECUERDE, hermano, se trata de un plan de EMERGENCIA.
En caso que note que la carne empieza a ser tentada UN POQUITO, es el momento indicado para ORAR o como último recurso literalmente HUIR (se va inmediatamente del ambiente que le provoca la tentación).
Por el lado positivo, debe LLENAR su mente y su tiempo de pensamientos sanos y actividades cristianas. Debe MEDITAR con frecuencia en: (1) el precio de su redención (lea con mucho cuidado I Pedro 1:14-19); (2) que su cuerpo es templo del Espíritu Santo de Dios (lea con cuidado I Corintios 6:18-20); y que Cristo viene (lea II Pedro 3:10-12; I Juan 3:2,3). No basta dejar de pensar en lo prohibido, es necesario pensar en lo bueno. No es suficiente tampoco DEJAR de hacer lo malo, para lograr su meta de una vida santa, será esencial que también PRACTIQUE el bien.
Es casi seguro que a su pareja no le guste este esfuerzo suyo por lograr una relación limpia. Espero que esto no suceda, pero en tal caso, creo que tendrá la clara indicación que debe evitar todo contacto con él para el bien de su vida cristiana y su salvación eterna.