Testigos de Jehová

Pregunta:

Los Testigos de Jehová dicen que II Tesalonicenses 1:9 debe traducirse “destrucción eterna de delante del Señor” en vez de “eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor”. Además afirman que esta frase señala la aniquilación del espíritu.

Respuesta:

(1) Sea cual sea la traducción exacta de este texto, se trata de la “tribulación” con la cual Dios pagará a aquellos que atribulaban a los cristianos en aquel tiempo (II Tesalonicenses 1:6). Esto es en contraste con “el reposo” o “alivio” que gozarán los siervos de Dios. En el presente, dice Pablo, ustedes son atribulados, pero en aquel tiempo ellos serán los atribulados. ¿Se trata de solamente dejar de existir? Parece que no.

(2) La palabra griega traducida “perdición” o “destrucción” es olethros (de ollumi). Es la misma palabra traducida “destrucción” en I Timoteo 6:9 y I Corintios 5:5. En I Timoteo 6:9 no se trata de la aniquilación sino de la degeneración de la vida espiritual del individuo que se dedica a las riquezas materiales y los “dolores” que resultan en su vida por haberse extraviado de la fe por causa de querer enriquecerse. En I Corintios 5:5 se trata de subyugar los deseos de la carne a la voluntad del Espíritu. Nada tiene que ver con la aniquilación de la persona. Encontramos la misma palabra en I Tesalonicenses 5:3. Pero en este contexto es imposible descubrir más acerca del significado de la palabra. Palabras derivadas de esta misma se encuentran en I Corintios 10:10 (“el destructor”) con referencia a la muerte que sufrieron los israelitas incrédulos en el desierto y en Hebreos 11:28 (“el que destruía”) con referencia al ángel que mató a los primogénitos egipcios por orden de Dios. En todo esto el punto principal es que la palabra en sí NO significa que algo o alguien sea aniquilado y ya no exista. Es necesario acudir a otros textos de la Biblia para una descripción más amplia de la condición del impío más allá de esta vida (algo que hemos hecho en el estudio “¿Existe El Infierno?”).

(2) El énfasis en este texto es que estas personas ya no podrán estar en la presencia de Dios o la gloria de Su poder. Otros textos bíblicos que describen la condición de aquellos que no se permiten estar en la presencia de Dios después de esta vida aclaran que están conscientes y que sufren para siempre (Mateo 25:41-46).