Si el alma es el reservorio de nuestras emociones, la percepción del entorno y el hálito de vida en el ser humano, al morir ¿dónde queda el alma? ¿Se muere o permanece con el espíritu?

Pregunta:

Si el alma es el reservorio de nuestras emociones, la percepción del entorno y el hálito de vida en el ser humano, al morir ¿dónde queda el alma? ¿Se muere o permanece con el espíritu?

Respuesta:

Básicamente entiendo que el “alma” es la vida. Puede incluir la vida espiritual y la animal o puede limitarse a la vida espiritual o bien a la vida animal. Como usted dice, el contexto es el factor principal para definirlo y aún así puede ser muy difícil estar completamente seguro. Quizá esto sea porque en algunos contextos Dios Mismo no está haciendo distinción entre la vida animal (natural) y la espiritual del individuo. Otro factor que entra para mí en textos ambiguos es que el uso designado de la palabra concuerde con otros textos más claros sobre la naturaleza del ser humano.

Lo que entiendo es que, cuando hay distinción entre el alma y el espíritu, el alma se refiere a la vida “animal” (natural o material) y el espíritu a aquello que fue creado a imagen de Dios – la vida espiritual.

En cuanto a la muerte, entiendo que con razón, Eclesiastés 12:7 usa específicamente la palabra “espíritu” como la parte del ser humano que vuelve a Dios. Puede ser muy importante en este libro específico que habla de la muerte del “alma” aún del alma de los animales, con referencia a “la vida debajo del sol” o sea, la material. Por supuesto, sabemos que en el Nuevo Testamento, el Ser Espiritual (de Cristo Jesús) que partió al “Hades” por tres días se identifica como el “alma” de Jesús, pero este es uno de los casos muy claros en los que “alma” se refiere a la vida espiritual no a la animal o material. Como usted ya sabe, el único texto que señala claramente cuerpo, alma y espíritu es 1 Tesalonicenses 5:23 y este texto nos asegura que las tres “partes” de nuestro ser están incluidas en la redención final que Dios nos promete.

Deduzco de todo esto que el alma (vida animal que está en la sangre) perece al igual que el cuerpo en la muerte física y que solamente el espíritu vuelve a Dios. En la resurrección el ser entero (cuerpo, alma y espíritu) es revivificado, resucitado unido de nuevo y glorificado eternamente. De esto estamos muy seguros y es lo más importante para nuestro consuelo y esperanza eterna.