Pregunta:
En la ley mosaica Dios mandó que cuando uno pecara, ofreciese un sacrificio para la expiación de los pecados. ¿Esto indica que los sacrificios y la sangre de los corderos y de otros animales limpiaban el interior del hombre? La carta a los Hebreos dice que no. ¿Entonces hay cierta contradicción?
Respuesta:
No hay contradicción. La carta a los hebreos aclara dos verdades muy importantes en cuanto a la limpieza lograda por los sacrificios de animales en la ley mosaica:
(1) No limpiaban la conciencia sino que santificaban para la purificación de la carne (Hebreos 9:9,13,14).
(2) Eran SOMBRA de la perfecta limpieza que ahora recibimos por la sangre de Cristo (Hebreos 10:1-4).
Además en Romanos aprendemos que Cristo es la verdadera "propiciación" no solamente por nuestros pecados sino también por los pecados que Dios pasó por alto en el pasado (Romanos 3:25,26). Aquellas personas fueron perdonadas NO por la eficacia de los sacrificios que ellos ofrecían SINO porque Dios aceptó su fe (manifestada en la obediencia a Sus mandatos) y pasó por alto sus pecados en base a la sangre de Cristo, el "Cordero inmolado desde el principio del mundo" en la mente de Dios (Apocalipsis 13:8).