¿Quién reinará: Cristo o Satanás?

Pregunta:

¿Quién reinará: Cristo o Satanás?

Respuesta:

La Biblia enseña claramente que Cristo reina sobre todos (Mateo 28:18; 1 Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14. No obstante, bajo Su autoridad, permite (hasta el día final) que Satanás reine sobre aquellos que todavía viven en las tinieblas (Efesios 2:2; Colosenses 1:13; Efesios 6:12; 2 Corintios 4:4 ). Cristo no ha destruido todo enemigo todavía pero lo hará (Hechos 2:36; 1 Corintios 15:25-27). Esto es lo que provoca la confusión en la mente de algunos. Suponen que si Cristo reinara, ya no habría tanta injusticia y tanto sufrimiento y tanta maldad. Pero no toman en cuenta que todo esto lo permitirá el Rey mientras trabaja para dar la libertad a todos aquellos que la deseen, pero lo hace por medio de Su verdad (Juan 8:32), no por medio de la fuerza.

DIAGRAMA SOBRE EL REINO DE CRISTO (Salmos 2)

Salmos 2:2 Salmos 2:6 Salmos 2:7
UNGIDO ** REY ** HIJO
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A LA FUERZA REINA VOLUNTARIAMENTE
Salmos 2:9; 110:2 Salmos 110:3
Salmos 45:6
Hebreos 1:8,9

Con vara de hierro Con cetro de justicia
Sobre Sus enemigos Sobre Su pueblo
en las naciones Su nación santa

DESTRUIDAS BENDITAS
Salmos 110:5,6 Salmos 2:12

TODA POTESTAD AHORA

EXPLICACIÓN DEL DIAGRAMA SOBRE EL REINO DE CRISTO

Lo primero que debe hacer es leer con cuidado los textos que corresponden a esta explicación: Salmos 2; 110:1-6; 45:6; Hebreos 1:8,9; Mateo 28:18.

Hay dos aspectos muy importantes del reino del Ungido Hijo de Dios, el Cristo. El primero es Su reinado sobre Su propio pueblo, el reino de los cielos, la iglesia de Cristo sobre la cual Él es Rey y Cabeza Única (Colosenses 1:18). Él reina sobre Su pueblo con el cetro de justicia, pues ellos se someten voluntariamente bajo la autoridad del Rey y como consecuencia reciben Su bendición y hasta comparten Su reino (Apocalipsis 1:6; 3:21).

Pero hay otro sentido en que Cristo reina sobre todas las gentes y todas las naciones. Las bendiciones de Su reino son únicamente para los que se someten a El voluntariamente, pero no debemos pensar por ningún momento que Su poder como Rey sea limitado a la iglesia. La mayoría de las teorías acerca del reino de Dios suponen que el poder y el reino de Cristo sean limitados ahora pero que en el futuro será un reino universal y sin límite. ¡Pero la gran verdad presentada en la frase bajo consideración (“el soberano de los reyes de la tierra”) insiste que todos los reinos de la tierra están bajo Su dominio Ya! Es cierto que no se someten voluntariamente ni lo harán nunca pero sí están sujetados. Es cierto que no cumplen las leyes de Su reino pero sí son siervos en Sus manos para cumplir con Sus propósitos aunque no lo sepan ni quieran hacerlo. Es cierto que no reciben Su bendición sino Su condenación por no obedecerle voluntariamente. En vez del cetro de equidad hace uso de la vara de hierro (la fuerza) para gobernar a las naciones. Cristo tiene (tiempo presente) toda (completa) potestad AHORA. “Toda potestad me es dada en el cielo Y EN LA TIERRA” (Mateo 28:18). Es la naturaleza espiritual e invisible de esta potestad que no permite que hombres carnales reconozcan que Cristo reina sobre toda la tierra ya (vea II Reyes 6:8-23 especialmente versículos 16,17).

Por supuesto el mensaje para los cristianos que estaban siendo perseguidos y amenazados con la destrucción completa por el rey de Roma (el emperador) era que el Rey de los cristianos era también Jefe Supremo sobre el emperador. Vea los siguientes textos para estudiar este tema en más detalle: Daniel 2:20,21; 4:17, 25b; Isaías 10:5-7; Jeremías 51:1,2,11, 20-23; Ezequiel 14:21; Habacuc 1:5-11; Amos 3:6; Génesis 15:15; Mateo 24; Juan 19:10,11; Romanos 13:1-7; Apocalipsis 19:11-16.

Debemos entender también por medio de estos y otros textos que el reino y la actividad de Dios entre las naciones son algo tan antiguo como las naciones mismas. Dios tiene ahora, ya, dominio en el reino de los hombres y lo da a quién Él quiere (Daniel 4:24-26)

A través de los siglos Dios ha manifestado esta potestad como Soberano de los reyes de la tierra en varias maneras. Asiria y su capital Nínive sirven como ejemplo claro de este punto y del hecho que las naciones tienen que responder a Su Rey Divino para evitar la destrucción. Unos 800 años antes de Cristo, Dios advirtió a Nínive de su destrucción por sus pecados (Jonás 3:1-4). Cuando se arrepintió el pueblo, Dios lo salvó (Jonás 3:10; 4:11). Unos 75 años después, en el año 725 antes de Cristo, el rey de Asiria sirvió como vara en la mano de Jehová para castigar a los israelitas por su rebeldía (Isaías 10:5-7; 7:17). Pero dentro de un siglo la misma nación de Asiria fue derribada por Dios por su altivez de espíritu y crueldad (Isaías 10:24,25; Nahum 1:1-8; 2:13; 3:1-19). Nínive cayó en el año 612 antes de Cristo conforme a la profecía del Señor.

Así que debemos entender muy bien que el Reino Universal del Ungido de Dios no quiere decir que no haya oposición a Su voluntad ni que haya paz en toda la tierra. Mientras este mundo exista y Cristo reine habrá enemigos y oposición. Es cuando todo enemigo sea sujetado y puesto por estrado de Sus pies que vendrá el fin y el Cristo devolverá el reino al Padre (Salmos 110:1; Hechos 2:33- 36; I Corintios 15:24-28).