¿Puede un cristiano ser prestamista?

Pregunta:

¿Puede un cristiano ser prestamista?

Respuesta:

Creo que usted se refiere a hacer negocios con los préstamos.

Las citas bíblicas que tratan la práctica de prestar dinero son del Antiguo Testamento. No obstante, establecen principios muy importantes en cuanto a la moralidad para los siervos de Dios. A continuación incluyo una lista de citas bíblicas sobre este tema: Éxodo 22:25; Levítico 25:36; Deuteronomio 23:19,20; Salmos 15:5; Proverbios 28:8; Nehemías 5:7,10; Ezequiel 18:8,13,17; 22:12.

Uno de los principios que surgen de estos textos es el pecado de aprovecharse de los pobres para su propia ganancia. (Éxodo 22:25; Levítico 25:35-37)

Es importante notar que la ley de Dios hizo distinción entre cobrar intereses a sus hermanos israelitas (prohibido) y cobrar intereses a los extraños – los que no eran del pueblo de Dios (permitido). Deuteronomio 23:19,29.

Estos dos principios son los fundamentos para las otras referencias a la práctica de cobrar intereses. Por tanto, no parece ser pecado en sí el ser prestamista. No obstante, es una práctica o profesión que fácilmente puede ser aprovechado para la maldad, específicamente para aprovecharse del pobre o de aquellos que sufren dificultades por motivos ajenos a su voluntad.

Cristo Jesús menciona la práctica de colocar dinero en el banco para ganar intereses en su parábola sobre los talentos (Mateo 25:27; Lucas 19:23). No lo considera como el mejor uso del dinero pero no sí lo aprueba como mejor que esconderlo. Vale la pena aclarar también que el negocio de los bancos no es exactamente igual al negocio de los prestamistas porque la gran mayoría de los bancos cobran intereses MUY inferiores a los de los prestamistas e intentan prestar solamente a personas que en realidad podrán cancelar la deuda en el tiempo acordado, mientras la mayoría de los prestamistas tienden a ser menos escrupulosos y más aprovechados de la crisis que sufre el individuo. En ambos casos, no obstante, existe la oportunidad del abuso o de ser recto y tener compasión del individuo.