¿Entregar a Satanás?

Pregunta: 

¿Qué significa entregar un hermano a Satanás en 1 Corintios 5:4?

 


Respuesta: 

Se refiere a la responsabilidad de la iglesia local de no tolerar a un hermano (o hermana) que practique la inmoralidad (vea la lista en I Corintios 5:11).

Lo que la iglesia debe hacer en el caso de un hermano que siga practicando tal pecado es ENTREGARLO A SATANAS o en otras palabras: "Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros" ( I Corintios 5:13). Esto significa que ya no deben tener comunión espiritual con él para que entienda que si sigue practicando el pecado es porque ahora PERTENECE AL DIABLO, no a Dios. Instrucciones parecidas se encuentran en Mateo 18:15-17; II Tesalonicenses 3:14,15; Romanos 16:17,18. Con tales personas no debemos ni comer (I Corintios 5:11).

El propósito de manifestar a tal hermano que él ya no tiene comunión con el pueblo de Dios sino que está en manos de Satanás es "para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús." La "destrucción de la carne" se refiere a hacer morir LAS OBRAS DE LA CARNE (vea Romanos 8:13; Colosenses 3:5). Esta es la única manera que el espíritu de un cristiano que anda conforme a la carne pueda ser salvo en el día del Señor: si se arrepiente, rechaza las obras de la carne y empieza a andar conforme al Espíritu Santo. El propósito final de todo esto es la salvación de su espíritu – su vida interior. Por supuesto, si se arrepiente y Dios le perdona, la iglesia también lo debe perdonar y debe recibirlo de nuevo en su comunión. Esto mismo parece haber sucedido en el caso del hermano fornicario en Corinto. La iglesia obedeció el mandamiento de I Corintios 5. Más tarde, cuando Pablo escribió su segunda carta a los corintios, les dio otra orden con respecto al mismo caso porque el hombre se había arrepentido. La acción de disciplina tuvo éxito. Entonces les dijo Pablo: "Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. Por lo cual os ruego que conforméis el amor para con él" (II Corintios 2:6-8. Lea también II Corintios 2:9-11.