Pregunta:
¿Es correcto prender velas de la manera que practican en la Iglesia Católica Romana? ¿Es necesario hacerlo?
Respuesta:
Primeramente, debemos tomar en cuenta que no encontramos esta práctica en ninguna parte del Nuevo Testamento. Aún bajo la ley de Moisés no lo practicaban. Por tanto, sabemos que es una tradición humana, no algo establecido por Dios en Su Palabra.
Segundo, debemos tratar de entender el significado o propósito de esta práctica para las personas que siguen esta tradición.
(1) Según la doctrina Católica, las velas simbolizan una petición específica de un Católico a favor de otra persona o de sí mismo. También puede simbolizar una promesa. La persona promete orar por alguien o desea cierta bendición para alguien (como, por ejemplo, la recuperación de la salud). Esto parece ser lo que la gran mayoría de las personas tienen en mente al prender una vela ante cierta imagen. Creen aumentar las probabilidades de lograr la bendición deseada. Una idea promovida por la doctrina Católica es que la vela es también un símbolo de ofrenda espiritual, de la devoción de la persona que continúa más allá de su presencia física en el “templo” o lugar que consideran “santo”.
(2) Las velas simbolizan que la luz disipa las tinieblas. Además, simbolizan a Dios como el dador de vida y la luz del mundo. Por tanto, en la liturgia Católica son símbolo de la luz de Cristo. En algunas ceremonias, como “La Candelaria” que conmemora la “presentación del Señor”, simbolizan que “la virgen” da luz a Cristo quien es la Luz del mundo.
Tercero, ¿qué dice la Biblia en cuanto a estos dos propósitos o significados?
(1) La Biblia establece la eficacia de la oración de fe del justo (Santiago 5:16). Nos asegura que toda petición de cristianos que se conformen a la voluntad de Dios será recibida (1 Juan 5:14,15). El ser escuchado por Dios no depende de prender velas. Además, el único Mediador en nombre de Quién oramos es Jesucristo (1 Timoteo 2:5,6; Juan 16:23,24). Las velas en nada nos ayudan para tener acceso a Dios porque Cristo ha abierto para todo seguidor Suyo entrada amplia al lugar santo por medio de Su sangre y podemos entrar con confianza en Él (Hebreos 10:19-22; 4:14-16).
(2) La luz de Dios en Cristo Jesús no se manifiesta por medio de velas en alguna liturgia religiosa sino por medio del bendito mensaje del evangelio de Jesucristo (2 Corintios 4:3-6). Esto mismo fue la misión del apóstol Pablo: la proclamación de la luz tanto a judíos como también a gentiles (Hechos 26:22,23). Además, la luz que Dios requiere de nosotros no son las velas sino las buenas obras de nuestra vida (Mateo 5:14-16). Disipamos las tinieblas, no por prender algunas velas o usarlas en alguna liturgia sino por nuestro carácter y nuestra conducta en medio de las tinieblas de este mundo y por retener la Palabra de Cristo que trae la luz a toda persona que la cree (Filipenses 2:14-16).
Claramente, no es necesario prender velas para agradar a Dios o para recibir nuestras peticiones. Además, no es la forma bíblica de expresar la luz de Dios. Pero, ¿qué hay de malo en esta práctica?
Para comenzar, al ir más allá de lo que está escrito, contribuye a la división del cuerpo de Cristo (1 Corintios 4:6), convierte su culto en vanidad (Mateo 15:7-9), y manifiesta un espíritu de presunción al violar la autoridad perfecta de Cristo Jesús por medio de Su Palabra (Juan 12:48-50).
Además, contribuye a la tendencia humana de practicar una religión superficial sobre la base de ceremonias y liturgia en vez de adorar y servir a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24).
Vale la pena notar que esta respuesta se dirige hacia la práctica religiosa de prender velas no el uso de las mismas por motivos prácticos.