PREGUNTA:
¿Pablo servía a Dios y al mismo tiempo pecaba? (Romanos 7:25)
RESPUESTA:
Así es. Al igual que todo cristiano fiel. CONSIDERE, por favor, la siguiente explicación de Romanos 7:14 25.
El deseo ferviente de todo cristiano fiel es hacer solamente el bien. Ama la voluntad de Dios y anhela cumplirla en cada paso que da sobre la tierra. Realmente se deleita en la voluntad de Dios. PERO la experiencia de su vida le ha revelado que no puede cumplir PERFECTAMENTE con los mandamientos del Señor como quisiera. Sabe que ha sido librado del pecado para servir a la justicia, pero siempre halla que la carne no le deja apartarse totalmente del pecado. Por supuesto, NO PRACTICA el pecado como antes PERO no puede presentar una vida completamente limpia a su Dios como quisiera hacer.
Así es que la vida cristiana, aunque una vida de libertad, gozo y paz, es también una lucha. Es un conflicto continuo entre el hombre interior y la carne. Mientras estamos en este cuerpo, tenemos que contender contra el pecado. A veces perdemos el conflicto. Necesitamos ser librados de este cuerpo para ser librados de la muerte.
Es en esto que vemos claramente la importancia de la gracia de Dios, no solamente para librarnos de nuestros pecados pasados sino también para librarnos de la condenación a muerte que merecemos por no haber cumplido PERFECTAMENTE la voluntad del Señor como cristianos. Por eso el cristiano tiene que estar LIBRE DE LA LEY, porque la ley no perdona la infracción de sus mandamientos. Solamente CONDENA al infractor.
Es por este motivo que Pablo clama: “¡Miserable de mí! ¿quién me librar de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Y por la misma razón luego da gracias a Dios por nuestros Señor Jesucristo (Romanos 7:25).
Es muy importante que entendamos el conflicto interno del cristiano. De otra manera, pueden surgir muchos problemas graves en nuestra vida cristiana. Pueda que tratemos de santificarnos por nuestros propios esfuerzos. Pueda que nos desanimemos y que pensemos que somos demasiado malos cuando observamos la dificultad con que servimos a Dios. Pueda que aceptemos el pecado como parte natural de la vida del cristiano. MUCHOS problemas pueden resultar que pueden causar nuestra perdición eterna. Es esencial que entendamos el cuerpo de muerte en el cual vivimos y el conflicto que tiene que desarrollarse entre nosotros y el pecado mientras estemos en este cuerpo de muerte. Tenemos que comprender que nuestra redención no puede ser basada en lo que hacemos, sino en lo que Cristo hará por nosotros mediante Su Espíritu. Pero al mismo tiempo tenemos que entender que vamos a luchar contra la carne diariamente para no ser vencidos por ella, siempre confiando en Cristo.
LEA CON CUIDADO ROMANOS 7:14 25.
En el versículo 14 encontramos la razón porqué el cristiano tiene que estar libre de la ley. La ley es espiritual y nos guiaría en lo espiritual. Se dirige a lo espiritual del hombre, que a pesar de ser cristiano es también vendido al pecado. Por esto no vamos a entender que seamos esclavos del pecado, as como lo eramos antes de ser convertidos.
La razón de decir que somos vendidos al pecado se encuentra en el versículo 15. Es porque no hacemos lo que queremos (EL BIEN) sino lo que aborrecemos (EL PECADO). Estamos de acuerdo con las exigencias de la ley para una vida santa y sin pecado PERO no cumplimos TODO el tiempo. No es porque no queremos cumplir. Es porque el pecado todavía mora EN NUESTRA CARNE. El texto NO dice que el pecado todavía mora en nuestro hombre INTERIOR, SINO en LA CARNE, en EL CUERPO DE MUERTE. Hay varias frase en estos versículos que presentan semejante idea. Por ejemplo, Pablo dice: “el mal está en mí” (7:21); “el pecado mora en mí” (7:20); “Yo sé que en mí, esto es, EN MI CARNE, no mora el bien” (7:18). La CARNE NO QUIERE hacer la voluntad de Dios, sino su propia voluntad. Ella no quiere servir a la justicia sino al pecado. PERO este NO es el deseo VERDADERO del hombre mismo. Esto es nada más LA DEBILIDAD DE LA CARNE que Satanás se está aprovechando para tratar de destruirnos.
El hombre interior se deleita en la voluntad de Dios (7:22). En esto encontramos el conflicto entre la VOLUNTAD del hombre interior y la DEBILIDAD de la carne. Muchas veces el hombre interior domina, pero, a veces, no puede vencer y el hombre peca. Es por este motivo que tenemos que fortalecernos en nuestro espíritu para poder resistir las tentaciones que nos atacan por medio de la carne. En dada ocasión el hombre interior puede negar los deseos de la carne por el fuerte deseo de servir a Dios. Pero a veces se debilita el espíritu, y el resultado es el pecado.
Pudieramos dar muchas ilustraciones de este conflicto. Surge en la vida cotidiana de todo cristiano que anda conforme al Espíritu. Por ejemplo, s muy bien que es la voluntad de Dios que me mantenga sin airarme. Deseo cumplir y ser amable, paciente y bondadoso aún con las personas abusivas. PERO, a veces, en el momento de ser maltratado, sube la presión arterial, la boca se abre, y salen palabras de ira. Resulta el pleito y el pecado se ha mostrado una vez más en mí a través de la debilidad de la carne.
¡Cómo tenemos que luchar contra la carne para vencer las tentaciones diarias de la codicia, la ira, la envidia, la mentira y un sin fin de obras de la carne! ¡Cómo me humilla tener que confesar que, aunque QUIERO hacer la voluntad de Dios, me hallo DEBIL e INCAPAZ POR mis miembros, por mi cuerpo, mi carne!
Sin embargo, reconozco que no vivo como antes. “Ya no soy yo quien hace aquello” (7:17). ANTES era mi voluntad hacer el mal. Estaba entregado en cuerpo y alma al pecado. PERO AHORA, es POR DEBILIDAD de la carne que peco, NO porque quiero desobedecer a Dios. Esto se llama ARREPENTIMIENTO. NO ES perfección SINO el deseo de ser perfecto. Es luchar contra los deseos de la carne. Muchas personas no quieren obedecer el evangelio porque,según ellos, no se creen capaces de cumplir. Pero lo que necesitan ellos es el deseo, el anhelo ferviente. Además necesitan entender que NADIE cumple perfectamente. Al ser así, no sería por gracia sino por obras. La base de nuestra redención. no sería la fe sino la ley.
Claro que va a seguir luchando contra la carne hasta que salga de este cuerpo de muerte. PERO el cristiano que anda conforme al Espíritu tiene la plena seguridad que Dios le va a librar de este cuerpo de muerte por Jesucristo. El cristiano canasado de la batalla contra la carne puede esperar en el descanso y la salvación por medio de Cristo y el Espíritu Santo. Puede saber que su arduo trabajo en el Señor no es en vano. Mientras siga sirviendo a Dios con su mente, aunque la carne se someta a la ley del pecado a veces, el hijo de Dios tiene plena seguridad de ser librado de este cuerpo de muerte. ¿Qué podemos decir? Solamente podemos DAR GRACIAS A DIOS por Jesucristo Señor nuestro y seguir luchando contra la carne cuantas veces se rebele ésta contra la ley del Señor.
Sí, Pablo servía a Dios, pero a veces cometía pecado. Pero no estaba bajo condenación (Romanos 8:1). NO debemos pensar tampoco que Pablo PRACTICABA el pecado. Esto sería andar conforme a la carne. Para tales cristianos NO hay salvación.
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