¿Es apropiado que un cristiano que practicaba determinado pecado en el pasado y se ha arrepentido de ello y dejado aquella práctica, luego corrija a otro cristiano que se haya caído en el mismo pecado? ¿Carece de autoridad moral para exhortar a otro?

Pregunta:

¿Es apropiado que un cristiano que practicaba determinado pecado en el pasado y se ha arrepentido de ello y dejado aquella práctica, luego corrija a otro cristiano que se haya caído en el mismo pecado? ¿Carece de autoridad moral para exhortar a otro?

Respuesta:

Un cristiano que ha practicado en el pasado un pecado y se ha arrepentido de ello y dejado aquella práctica en el pasado es, en realidad, la persona más indicada para ayudar a otro cristiano que se ha caído en el mismo pecado.

(1) Comprende lo fácil que es practicar este pecado y lo difícil que es dejar de practicarlo. Debe aprender a expresar esta comprensión por medio de su compasión y paciencia con hermanos culpables de ello.
(2) Recordará lo defensivo que fue su propia actitud cuando alguien le corregía. Debe aprender a identificarse con hermanos culpables de ello y saber que su reacción defensiva es de esperarse. Como consecuencia, no se ofenderá por la reacción sino que con amor y paciencia persistirá en ser bondadoso con sus hermanos y animarlos.
(3) La tendencia natural cuando uno ha abandonado algún pecado es que se disguste con aquellos que todavía lo practican. Debe recordar que la lucha de otros puede ser igual de difícil o mucho más difícil que la de él para escaparse del lazo del diablo. ¿Por cuánto tiempo le esperó Dios mientras no cambiara? ¿Por cuánto tiempo tuvo Dios paciencia con él? Estos pensamientos le ayudarán a ser más paciente con sus hermanos.
(4) Él comprende lo destructivo que es este pecado para su vida y puede compartir con sus hermanos culpables del mismo que es por la compasión que les tiene que les desea ayudar a evitar la destrucción de su vida o su hogar o su influencia, etcétera.
(5) Cuando le sacan en cara su comportamiento anterior, debe darles la razón y expresar nuevamente la pena que siente por sus fallas. Al mismo tiempo les puede asegurar que si Dios le ha perdonado a él, que también los desea perdonar a ellos. También puede pedirles perdón si su mal ejemplo tuvo alguna influencia en ellos para que se entregaran al mismo pecado y asegurarles que cuando deseen su apoyo y ayuda, lo pueden tener.
(6) Debe concluir la conversación, con una promesa de orar por ellos y dejar abierta la puerta para el momento en que ellos deseen platicar con él. Es VITAL que mantenga el control de su enojo y también que en vez de condenarlos que les ofrezca el camino a la libertad de este pecado.