¿Cristianos imperfectos?

Pregunta:

Si los cristianos somos imperfectos, ¿cómo es que el Nuevo Testamento habla de una iglesia pura? Y ¿por qué dice I Juan 2:1, :estas cosas os escribo para que no pequéis"? Además, ¿por qué dijo Jesús: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que esta en los cielos es perfecto?”

 


Respuesta:

(1) La pureza de la iglesia y de cada cristiano NO depende de NO cometer ningún pecado sino de ser purificado por medio de la sangre de Cristo Jesús (Efesios 5:25-27;Colosenses 1:22,23; II Corintios 5:21; Apocalipsis 7:14 compare 14:5)

(2) En I Juan, el apóstol Juan acaba de aclarar en 1:8-10 que todo cristiano comete pecado y que todo cristiano fiel lo reconoce y lo confiesa. El significado de I Juan 2:1 NO es que sea posible NUNCA COMETER pecado y ser perfecto en este sentido SINO que entendamos que Dios no quiere que PRACTIQUEMOS el pecado. Pero no quiere que nos desanimemos si cometemos algún pecado (y todos lo hacemos) sino que busquemos el perdón de Dios por medio de Jesucristo, nuestro abogado. Vale la pena notar que en I Juan 1:7 "andar en luz" NO significa andar SIN cometer ningún pecado. De otra manera no habría necesidad de que la sangre de Cristo nos limpie de todo pecado. Andar en tinieblas es PRACTICAR EL PECADO (vea I Juan 1:5; 3:8). Andar en luz es PRACTICAR LA VERDAD (I Juan 1:7; Juan 3:20,21; I Juan 3:9,10).

(3) El mandamiento de Cristo en Mateo 5:48 ("Sed…perfectos") significa que debemos ser MADUROS o COMPLETOS espiritualmente específicamente por PRACTICAR EL AMOR HACIA LOS ENEMIGOS (Mateo 5:43-48). La definición bíblica de "perfecto" se encuentra claramente declarada en II Timoteo 3:17: "enteramente preparado para toda buena obra." La palabra griega traducida "perfecto" es telerón y significa perfecto en el sentido de completo, maduro, o que no le falta nada. Además de la práctica del amor en el contexto de Mateo 5, otras manifestaciones de la perfección o madurez espiritual mencionadas específicamente en el Nuevo Testamento son: la estabilidad espiritual y doctrinal (Efesios 4:11-16); la capacidad de comer alimento sólido (Hebreos 5:12-14; la capacidad de discernir entre el bien y el mal (Hebreos 5:14); la capacidad de controlar la lengua (Santiago 3;1,2) y la capacidad de reconocer sus imperfecciones (Flipenses 3:13-15).